El área exterior de los centros educativos a menudo se utiliza como zona de deportes, juegos y tiempo libre. Los alumnos pasan allí sus descansos y sus ratos de ocio, pueden esparcirse, tomar el sol y recuperarse mentalmente. En ella, la iluminación sirve sobre todo para guiar y para la seguridad. La máxima prioridad a la hora de planificar la iluminación en áreas exteriores es la prevención de accidentes. La iluminación puede utilizarse para advertir de posibles puntos peligrosos como escaleras, obstáculos o salidas de garajes, haciéndolos visibles incluso en condiciones de visibilidad reducida. Una luz sin deslumbramiento y con la luminosidad suficiente ofrece la iluminación ideal para escaleras y desniveles del terreno. Los contrastes ayudan a mostrar los obstáculos y sus dimensiones reales.
Los caminos, las entradas y los límites de parcelas pueden señalarse adecuadamente con bolardos luminosos. En la fachada del edificio son adecuadas luminarias instaladas en pared, resistentes al impacto y a los agentes meteorológicos, que también funcionan muy bien como indicadores de dirección en escaleras exteriores. En general, las escaleras y barandillas pueden acentuarse con luz para dotarse de una seguridad adicional. La iluminación en áreas exteriores está sometida a un ambiente agresivo, sobre todo por las inclemencias del tiempo. Las luminarias deben ser resistentes a los impactos, duraderas y resistentes al agua, al polvo y a los insectos. Como la iluminación exterior además forma parte de la primera impresión visual, debe complementarse positivamente con la arquitectura del edificio. El diseño de iluminación no solo tiene en cuenta la funcionalidad, sino también el efecto estético total.
